Sub: Hoy nos reunimos con Alejandro Espejo, un exitoso ingeniero y empresario cusqueño que se ha internacionalizado, y a partir de ello descubriremos qué nos hace falta a los peruanos para triunfar
Muchos peruanos recordamos la premura y final satisfacción de los Juegos Panamericanos del 2019, tras el éxito de este evento encontramos no solo a funcionarios sino a ingenieros consultores que lo hicieron posible. El caso de Alejandro Espejo Fernández (1981, Cusco) es aleccionador, fue uno de los muchos soñadores de un futuro mejor, en temas académicos y de empresa, que forjaron su carrera fuera de Cusco, entonces ¿qué lo hace diferente o cómo logro su éxito profesional?.
“…el Cusco es único, cómo no extrañar a los amigos y vecinos en Mateo Pumacahua, los domingos de misa con mi abuelo, o el ir a comprar a la Plaza Túpac Amaru o al baratillo, yo tuve mucha conexión con mi abuelo, lo que más extraño es conversar con él, siempre recordaré ese afecto que él me dio, probablemente soy quien soy, desde el lado humano, por sus enseñanzas. Trato de trasmitir eso a mis hijas, que son lo que más amo en la vida, mis pequeñas Antonella Mariana y Rafaella del Carmen”. Recuerda Alejandro. Él estudio en el colegio la Merced y luego se fue a Lima logrando ingresar a la PUCP y recibiéndose como ingeniero civil con excelencia académica, pero esto fue más difícil de lo que suena y quizá más de uno se identifique: “Me fui a los 16 años, yo era muy inquieto, no me iba bien en los estudios, nunca fui el mejor, todo lo contrario, pero siempre tuve ganas de hacer, tenía proyectos en mente desde joven, proyectos de vida y de familia. Me costó mucho reencaminar mi aprendizaje en ciencias y matemáticas…recuerdo en las madrugadas me levantaba y mi abuelo me decía mira allá, ves esa luz (me decía), están estudiando los hermanos de tal y cual (vecinos míos), ellos estudian medicina, tú pronto serás así…Llegar a Lima y tener que re- aprender todo, fue duro, mi padre me impuso a su manera el amor por las matemáticas, las ciencias, el resto se dio de forma natural, ingrese a la UNI pero no a mi carrera, después de innumerables veces postulando, pero decidí apostar y seguir intentando, fueron muchas derrotas hasta que ingrese a la Universidad Católica, e inicié quizás la época académica más hermosa de mi vida, yo llegaba a la universidad 7 de la mañana, vivía por los pantanos de villa en Chorrillos, viajaba 2 horas hasta San Miguel, pero llegada a la biblioteca, atendía mis clases y me iba a mi casa 10 y 30 pm, paraba en la biblioteca central, sólo estudiaba …En Lima, siempre mantuve comunicación con mis grandes amigos de colegio Beto Segovia y Fabricio Romainville”
Ya como egresado, su vida vuelve a cambiar cuando trabaja para la Hoschild Mining, por ello lo abordo con curiosidad, ¿Cuál es esa relación especial que hay con la minería sobre todo en un país tan complejo y convulsionado con el tema como el Perú?
“Cuando egresé de la Universidad, era un año complicado y tuve la suerte de trabajar en las minas de Hochschild Mining, como un joven talento, una experiencia única, donde pude conocer el Perú profundo, así también pude conocer el negocio minero y la problemática de fondo. Luego trabaje en la construcción del Proyecto Las Bambas, otra experiencia invalorable. El Perú es un país minero, los proyectos y operaciones mineras dinamizan la economía local, un Proyecto Minero puede generar entre 15 mil a 25 mil puestos de trabajo directo y en la misma magnitud trabajos indirectos, lamentablemente a veces las comunidades son influenciadas por personas que buscan el detrimento de los acuerdos alcanzados, sumado al hecho que el Gobierno muchas veces no cumple su rol relevante en términos de prevención y solución de conflictos”. Tras ello, Alejandro participa de importantes proyectos como la Línea 2 del Metro de Lima y acumula una experiencia laboral internacional única (incluso logra trabajar en el canal de Panamá), trabajó en proyectos de construcción con ingenieros de hasta 20 nacionalidades; pero yo me pregunto, en un país donde se suele decir mucho que faltan ingenieros, ¿Cuál es la diferencia entre los ingenieros o profesionales peruanos y los extranjeros…qué nos falta a los peruanos o realmente somos muy capaces?. Alejandro se adelanta a responder:
“Es una pregunta interesante…Creo que el ingeniero peruano es muy capaz, tiene mucha pasión por lo que hace, pero creo que la constante búsqueda de mejorar competencias claves debe priorizarse. Un Ingeniero debe entender que no solo basta el talento, sino que el esfuerzo y dedicación hace mucho. Recordar que la base para lograr ser buen profesional parte de tres premisas claves: La Habilidad, El conocimiento y la Actitud, como dice Victor Kuppers, el conocimiento y las ganas de aprender no debe parar nunca, la habilidad basada en experiencias de calidad es fundamental, ambas sumaran, pero la Actitud multiplica. Un Ingeniero con una correcta actitud definitivamente marcará diferencia. Un Ingeniero no debe jamás dejar de capacitarse, ser siempre acucioso, cuestionador, no basta solo mirar hay que observar y buscar ser mejor cada día.”
Esto me lleva a una siguiente pregunta que intuyo tiene mucho que ver con el nacimiento de Mayo Educación Ejecutiva (2015), una escuela dedicada a brindar servicios de especialización con calidad pero también rapidez para los jóvenes egresados; un ingeniero enfocado en la educación. ¿Qué cree de aquel dicho “hay que hacer patria”, cuál cree que ha sido su mejor aporte al Perú y al Cusco específicamente?: “Más allá de mi participación como profesional de la ingeniería creo que mi legado y aporte es y será el tema educativo. Desde antes de mi etapa universitaria siempre amé el enseñar y transmitir mis conocimientos de ciencias y matemáticas, empecé a enseñar desde sexto ciclo en la PUCP, posterior a ello, ya como ingeniero, el año 2011 comencé a dictar Buenas Prácticas en Gestión de Proyectos y de Contratos en Construcción y Minería, tuve la suerte de aprender a través de la enseñanza de los principales stakeholders y profesionales de la toma de decisiones de las principales empresas constructoras y de minería en el Perú, hoy enseño en muchas universidades y Escuelas de Post Grado en Lima y provincias, siempre con un enfoque practico, trasmitiendo mi experiencia real, y basado también en las buenas prácticas en la industria y prácticas recomendadas del sector, como del Project Management Institute, Asociación Americana de Ingeniería de Costos y otras”.
En el 2019 nace NAVITEK y este año CARANTO GRUPO INMOBILIARIO, le pregunto a Alejandro sobre cómo sus empresas se vinculan con sus ideales: “Trabaje más de 10 años en megaproyectos de construcción, en las empresas globales más grandes de USA y Europa, todo ello me hizo incursionar en temas de consultoría en proyectos y contratos, NAVITEK nace como parte de mi Tesis de MBA en la U. Pacifico, la funde con 2 socios y nos dedicamos a la consultoría técnica en contratos de infraestructura, pericias en arbitrajes y afines, hemos participado en los Juegos Panamericanos, Refinería de Talara, Carretera Interoceánica, contratando con clientes privados y públicos, nuestro trabajo se asocia con maximizar el cumplimiento de los objetivos de los Proyectos. A la fecha venimos aportando experiencia en Juntas de Resolución de Disputas o Disputes Boards en contratos públicos y proyectos especiales. Este año también nace CARANTO Grupo inmobiliario, con nuestro proyecto Boutique “Pio Augusto”, un edificio exclusivo ubicado en Wanchaq, nuestra empresa incursiona en el rubro inmobiliario buscando entregar productos de excelente calidad, no solo a nivel de producto terminado o arquitectura, sino en las fases de diseño, planificación, gestión de la construcción y lo que para muchos es clave, la parte de estructura. El Proyecto consta de 7 unidades, uno solo por nivel, ascensor directo, arquitectura moderna, acabados y texturas de acorde a la tendencia, contamos con un equipo selecto de ingenieros de mucha experiencia, colegas que soportan técnicamente los proyectos, bajo mi dirección”
Es notorio que este ingeniero y empresario cusqueño quiere seguir aportando a la economía local y está enfocado en la educación de los peruanos, justamente ejes sin los cuales el progreso de una sociedad serían imposibles. Si este cusqueño pudo con esfuerzo, dedicación y tacto es posible que hoy muchos otros estudiantes no se estén quemando las pestañas en vano y todo a pesar de nuestra dificultosa realidad. Por ello, le pregunto para finalizar ¿Cómo sueña al Perú de acá 15 o 20 años o como le gustaría que sea en el futuro?
“Pregunta compleja, sueño con un país con más oportunidades para los jóvenes, con oportunidades de empleo digno y bien remunerado, un país que tenga buena infraestructura, el Perú a la fecha tiene una brecha de infraestructura de 365 billones de soles, en un horizonte de 20 años, en ese tiempo deberíamos tener carreteras de interconexión, agua y luz para los sectores más desfavorecidos, colegios con adecuada infraestructura, aeropuertos, metros que unan los polos de desarrollo de ciudades importantes. Sueño con un aparato estatal resolutivo, donde la corrupción sea de lo que menos se hable, un país con ciudadanos más comprensivos y empáticos con el prójimo. Creo que es posible, tenemos todo para lograr ello, y definitivamente los que disfrutarán de ello serán nuestros hijos. Todos podemos aportar un granito de arena en búsqueda de ese gran objetivo, quizás si entendiéramos que ese es el principal legado de uno, este sueño grande se hará realidad.”