Cine Cusqueño Marina Herrera (Heroínas)

Entrevista por: Rodrigo Durand Rigamontti

La primera vez que vi a Marina Herrera fue accidentalmente, me encontraba sentado revisando las noticias del día mientras realizaba un viaje algo distante; ella estaba en una imagen en blanco y negro junto a una cámara de esas que solo se ven en producciones cinematográficas o publicitarias, y aledaña a esa imagen estaba escrito un titular que decía: “Heroínas” cortometraje grabado en Cusco es seleccionado en Festival de Berlín. Al prolongar mi búsqueda de información sobre lo que hasta ese momento era una naciente directora de cine aún anónima para mí, los titulares informativos variaban desde “La cineasta peruana que busca el Oso de oro con historia sobre nuestra heroína Tomasa Tito Condemayta”, hasta «Heroínas», el cortometraje peruano que aspira a llevarse el Oso de oro.

El interés nació más que nada por la fotografía en movimiento, porque me encantaba la idea de capturar momentos, siempre con una mira – da muy del documental.

Ante tantas incógnitas y cuestionamientos sobre Marina Herrera la joven cineasta y sobre Heroínas, su galardonado cortometraje de ficción, decidimos contactarla y entrevistarla para saber de primera fuente que hay entorno a esta increíble historia y alrededor de esta versátil peruana, de corazón cusqueño.

¿Quién es Marina Herrera?

Supongo que soy el resultado de la crianza de mis padres, muy orientada a un camino artístico y crítico con el mundo y la realidad social. Aunque todo esto no haya sido inculcado a propósito, directa o indirectamente me conforman.

¿Por qué cine? ¿Cómo nace la idea?

En realidad, estudié derecho por un tiempo, desde siempre me ha gustado la fotografía, el cine, pintar, escribir, pero el derecho también me fascinaba (y me sigue fascinando) y en ese momento, acabando el colegio, parecía ser la opción de estudios más lógica. Luego la inquietud artística fue ganando y lo dejé para estudiar la carrera de comunicaciones, que, si bien no es cine, era a lo que se podía acceder en ese momento.

¿Dónde nace y donde pasa Marina su infancia y juventud? alguna anécdota memorable

Nací en Barcelona, y nos mudamos a Perú cuando tenía 4 años aprox. Primero nos instalamos en Ranhuaylla, la hacienda de mi padre cerca a Urcos. Y después de unos años, fuimos alternando entre la casona de mi abuela en la Calle Palacio del centro de Cusco, y la hacienda. Supongo que lo más me gustó de mi niñez fue esa época en Ranhuaylla, antes de tener que ir al colegio, vivir trepando montañas y árboles, cazando pajaritos, mi padre me llamaba cabra loca.

¿Cómo nace la idea de heroínas?

Heroínas nace de las ganas de hacer un homenaje a una heroína de la independencia que no fuese tan conocida, empezó en su primera versión de guión con las Heroínas Toledo en Concepción, luego por recursos y el Covid decidimos trasladar la historia a Cusco, pero buscando otra heroína, ya que fingir que Cusco fuese Concepción era algo que iba un poco en contra de lo que se planteaba formalmente para el proyecto, en el cine se pueden construir realidades como esa… y no estoy en contra para nada, solamente no encajaba con lo que yo buscaba del trabajo con las actrices y gente de la zona. Así que fuimos investigando qué heroína desconocida había por aquí, hablé con historiadores y leí algunos textos muy interesantes, con nombres de mujeres que ja – más se habían nombrado en las clases de historia del colegio o universidad, pero de todas, Tomasa (que es bastante conocida dentro de lo cabe) era la que más resonó en mí.

¿Cuál es tu director de cine favorito?

Esto va cambiando con los años, con lo que descubro, y como me siento en el momento, creo que ahora mismo podría ser Jia Zhangke.

¿Qué es el cine para Marina?

El cine como lugar es un espacio maravillo – so donde uno se puede olvidar de todo para zambullirse en una historia o serie de imá – genes y sonidos que pueden elevarte. Ahora como profesión o arte que uno decide hacer, es otra cosa. Tiene un lado creativo y artísti – co y por otro lado es una industria que mue – ve millones, y requiere de muchos recursos para llevarse a cabo, cosa que muchas veces puede frustrarnos si no encontramos las vías para ello.

¿Qué significa Cusco en la vida de Marina?

Cusco es mi punto de partida y retorno. Es el GO de las casillas de monopoly.

¿Qué proyectos se vienen?

Ahora mismo estamos iniciando el pre producción de mi primera película, “Sociedad de la Suerte”, la grabaremos en Urcos. Quispicanchi, a principios del 2023, dentro de poco iniciaremos el casting, y estaremos tocando puertas para sumar nuevos aliados al proyecto, contamos ya con un estímulo del Ministerio de Cultura, y esperamos poder motivar a que otras empresas y gestores culturales a querer formar parte de la aventura. Y claro que cuando esté lista, puedan ir todos al cine a verla.

¿Cuál es tu sueño?

Poder encontrar un equilibrio entre la carrera que idealmente quiero hacer y la obra que hago.

¿Qué opinas sobre el cine peruano?

Es difícil hacer cine y material audiovisual en el Perú.

Es difícil hacer cine en el Perú, es difícil tra – bajar en cine y sobretodo es difícil vivir de hacer ambas, creo que hay mucho que nos falta hacer para fortalecer esta industria, pero también reconozco que hay otros países que no cuentan con fondos de ningún tipo para la realización de sus películas, o la formación de sus técnicos, o la investigación de su cinema – tografía, y agradezco que no sea nuestro caso.

¿Cuál es el reto más complicado que le ha tocado vivir y superar a Marina?

Por ahora, poder compaginar entre producir mi propio trabajo y dirigirlo, porque una labor te distrae de la otra, y muchas veces no encuentras tiempo para poder pensar en la creación en sí, porque lo dedicas a las sumas y restas del presupuesto; y lo superé gracias a grandes compañeros de equipo, como Amaru Cardenas que produjo el corto, y que tomó el proyecto como suyo y asumió esa posición cuando lo necesité para poder preocuparme de la dirección en sí. Espero en el futuro poder trabajar con un equipo tan bonito como el del rodaje de Heroínas.

¿Cómo y dónde te ves en unos cinco años?

Me gustaría ayudar a fortalecer más la producción aquí en Cusco, no solo de cine, sino de espacios culturales donde se pueda debatir, enseñar, ver, y producir todo tipo de proyectos con los recursos que se tengan a la mano.

¿Cómo llegaste al festival de Berlín, cómo fue, cuáles fueron tus impre[1]siones, qué tal la experiencia?

La experiencia fue impresionante, el nivel de industria que se mueve durante eventos de este tipo impacta. Le dedique el tiempo a disfrutar de la compañía de otros directores y productores, y establecer vínculos entrañables con muchos que espero se sigan fortaleciendo.

Llegamos a Berlín en primer lugar gracias a Juan Daniel F. Molero, director de Videofilia, que también fue asesor de edición de Heroínas, y quien me animó a mandar el corto a festivales como Berlín, ahí contacté con Nicolas Carrasco, el distribuidor de corto, y le pedí que intentemos enviarlo a Berlín, justo un par de días antes de que la convocatoria del festival cierre. Nicolás lo envió, rellenó el formulario e hicimos el pago que se hace para poder enviar el corto y que lo vean. Y unos meses después obtuvimos la respuesta.

Algún mensaje para tus lectores.

Que las industrias culturales son un camino complejo, pero gratificante. Y Cusco se merece un fortalecimiento de una oferta cultural con[1]temporánea, no dirigida solamente al público extranjero.

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